En la aldea de Soadingana, en Madagascar, hay dos escuelas. Una es de la propia comunidad y la otra es una casa particular cedida para utilizarse como escuela.
El dueño, Dada, la ha puesto a disposición de los niños y niñas para que puedan estudiar. Menja vive en la aldea. Tiene 5 hijos y los envía a la escuela porque quiere que aprendan y lleguen a ser profesores o médicos. “Yo no sé leer ni escribir y me gustaría que ellos aprendieran y enseñaran a otros”. Su sueño es que la escuela crezca para que los niños y las niñas puedan seguir aprendiendo, cantando, bailando y jugando.

Con motivo del Día Internacional de los Derechos de la Infancia, que se conmemora el 20 de noviembre, desde Entreculturas queremos llamar la atención sobre las cifras de 160 millones de niños y niñas en el mundo que viven en áreas de sequías severas o muy severas y 530 millones de niños y niñas que viven en zonas de alto riesgo de inundaciones (cifras recogidas en nuestro informe “La Tierra es Nuestra Mejor Escuela”). A principios de siglo había 25 millones de refugiados medioambientales y se calcula que en los próximos 50 años, entre 250 millones y 1.000 millones de personas se verán obligadas a abandonar sus hogares.

La educación es fundamental para un planeta sano, y un planeta sano es fundamental para que se cumpla el derecho a la educación. La educación es una herramienta para la prevención, la adaptación y la mitigación en casos de desastres ya que capacita a las personas para gestionar mejor los recursos de la Tierra: aumenta conocimientos y fomenta cambios de actitudes que posibilitan que la ciudadanía asuma estilos de vida respetuosos con su hábitat.

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